Había una vez un matrimonio con un hijo de doce años y un burro. Decidieron viajar, trabajar y conocer el mundo. Así, se fueron los tres con su burro.
Al pasar por el primer pueblo, la gente comentaba:
- "¡Mirá ese chico mal educado! Él arriba del burro y los pobres padres llevándolo de las riendas".
Entonces, la mujer le dijo a su esposo:
- "No permitamos que la gente hable mal del niño.
El esposo bajó al niño y se subió él. Al llegar al segundo pueblo, la gente murmuraba:
- "¡Mirá qué sinvergüenza ese tipo! Deja que la criatura y la pobre mujer tiren del burro, mientras él va muy cómodo encima".
Entonces, tomaron la decisión de subir a la madre al burro, mientras el padre y el hijo tiraban de las riendas. Al pasar por el tercer pueblo, la gente comentaba:
- "¡Pobre hombre! Después de trabajar todo el día, debe llevar a la mujer sobre el burro. ¡Y pobre hijo! ¿qué le espera con esa madre?".
Se pusieron de acuerdo y decidieron subir al burro los tres para comenzar nuevamente su peregrinaje. Al llegar al pueblo siguiente, escucharon que los pobladores decían:
- "¡Son unas bestias! Más bestias que el burro que los lleva. Van a partirle la columna".
Por último, decidieron bajarse los tres y caminar junto al burro. Pero al pasar por el pueblo siguiente no podían creer lo que las voces decían sonrientes:
- "¡Mirá a esos tres idiotas! Caminan, cuando tienen un burro que podría llevarlos"
"Nunca hemos visto gente tan boba. Tienen un burro y, en lugar de montarse sobre él, lo llevan a cuestas. ¡Esto sí que es bueno! ¡Qué par de tontos!"
Al dejar el último pueblo, el matrimonio y el niño ya no sabían cómo enfrentar el próximo puelo, las críticas los habían confundido, así que se sentaron frente a un río, y al mirar el reflejo de sus rostros en el agua, comprendieron que estaban solos,
que su camino dependía sólo de ellos, que para continuar debían seguir su propia intuición, vivir sus propias experiencias.
Moraleja:
Siempre te criticarán, hablarán mal de ti y será difícil que encuentres a alguien a quien le conformen tus actitudes. Entonces; ¡Vive como creas, haz lo que te dicte el corazón, lo que sientas y creas que es correcto, y sé feliz!